¡¡Buenos
días!!
Hoy
le toca el turno a la sección de odisea en la oficina, que ya la tenía un poco en el olvido, y en concreto te hablo
sobre los becarios, esas personillas (desde el cariño, que nadie se ofenda) que
solo intentan caer bien y encajar en el puesto que se les ha asignado, aunque
hay un poco de todo…
Si
alguna vez has tenido algún becario en tu trabajo, o has sido uno de ellos,
sabrás que no es fácil que haya un becario. Muchas veces (la mayoría), al menos
en empresas pequeñas, no se sabe muy bien qué tareas asignarle, ya que asignar
alguna tarea a alguien recién llegado y que va a estar poco tiempo supone
invertir tiempo en enseñarle (un tiempo que casi nadie tiene), responder a sus
dudas (que suelen ser muchas), revisar lo que ha hecho (porque más vale no
fiarse de lo que ha hecho alguien inexperto), cambiar lo que esté mal (casi todo,
desde el cariño), explicarle lo que ha hecho mal (y que lo entienda) y
advertirle que la próxima vez se anote los pasos a seguir (para que no te
moleste demasiado) y los siga (que no sea cabezón y que lo haga como tú le has
dicho). Esto estresa mucho. Y además cuando ya lo aprende, se le acaban las
prácticas y se va.
¿Solución?
Que no la más acertada, suele ser mandarle algo sin importancia. Está claro que
todo el mundo tiene derecho a aprender el oficio, todos hemos sido inexpertos y
es necesario que algún alma caritativa te enseñe algunas de las cosas de tu
puesto, porque por mucho que hayas estudiado, no lo sabes todo. Pero la
realidad es que no todo el mundo está dispuesto a ser el maestro de alguien, o
simplemente no tiene tiempo de ponerse a enseñar. De ahí lo de “trae los cafés”.
Pero
hablando más en serio, todo el mundo tiene el derecho de aprender, de tener una
oportunidad para entrar en el mercado laboral y no debemos olvidar que todos
fuimos nuevos alguna vez, becarios o no.
Por
otro lado está el becario que sí va a pasar el rato y a terminar cuanto antes
las prácticas para tener el título, ese sí que es una carga. Seguro que conoces
algún caso. Que por mucho que le expliques no se molesta en entenderte, o que
incluso llega a decirte que esa no debería ser su labor. Se pensarán que
después en el mundo laboral no tendrán que hacer nunca algo que no va con su
trabajo…, ilusos.
Si
alguna empresa no dispone de tiempo o personal para dar labores al becario, y
de enseñarle, mejor que no lo acepte. Ser becario no significa pasar el rato.
En realidad es una oportunidad de unos meses para iniciarse en el mundo
laboral, porque, como ya he dicho, muchas cosas no se aprenden en las clases.
Si
eres becario o has tenido alguno, anímate y cuenta tu experiencia.
Un
saludo y hasta la próxima.
Nuria
Transmite
medio ambiente
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