miércoles, 30 de noviembre de 2016

Huella hídrica. Introducción




Buenos días,

Hace unas semanas te hacía una introducción de la huella de carbono y hoy te voy a hablar de la huella hídrica.

La huella hídrica es un concepto que también habrás oído en los últimos años; sobre todo en los últimos meses se ven muchos carteles, infografías, etc que nos dicen cuánta agua se utiliza para fabricar algún producto en concreto.

Se trata de un indicador de uso de agua directa e indirecta por un consumidor o productor. Arjen Y. Hoekstra fue el creador del concepto.

El agua dulce es un bien escaso, como te decía en este post, y la preocupación por conservarla, no derrocharla y mantener su calidad en estándares adecuados, por suerte, está creciendo.

Muchas empresas, sobre todo las grandes, calculan y hacen pública su huella hídrica con la finalidad de ser sostenibles y llegar a clientes comprometidos con el medio ambiente. Es el siguiente paso a la implantación de un sistema medioambiental con ISO 14001 o EMAS, desde el punto de vista de la gestión del agua. El hecho de calcular la huella hídrica y reducirla, puede suponer también un ahorro económico para la empresa.

Para el cálculo de la huella hídrica se considera solamente el agua dulce. Según su origen, se puede dividir en 3 tipos:

-       Agua azul: volumen de agua superficial o subterránea consumida a lo largo de la cadena de suministro de un producto. Puede ser la incorporada a un producto, la evaporada en un proceso productivo, la que se utiliza durante la cadena y se devuelve pero a un lugar distinto a su origen y la que se utiliza y se devuelve en un período distinto al de su captación (período seco/período húmedo).

-       Agua verde: volumen de agua de lluvia que es incorporada a un producto o evaporada en un proceso productivo. Relevante para productos agrícolas y forestales.

-       Agua gris: volumen de agua dulce que se requiere para asimilar los contaminantes del agua residual a estándares de calidad de agua ambiental. Es decir, el agua residual generada y la cantidad de agua necesaria para devolver el agua contaminada a estándares de calidad.

Hay que tener en cuenta que la huella hídrica se debe medir durante toda la cadena de suministro de un producto y no solo de su proceso productivo (almacenamiento, transporte, vertido, etc), es decir todo el agua consumida.

Water Footprint Network se fundó en 2008. Consiste en una comunidad internacional (empresas, inversores, institutos de investigación y agencias gubernamentales) que comparte los últimos avances en conocimiento, información e ideas para intensificar el cambio en las cuencas fluviales en todo el mundo. Han desarrollado la Water Footprint Global Standard y son vanguardia internacional en la evaluación de la huella de agua.

La norma internacional ISO 14046 presenta los principios, requisitos y directrices para la gestión de la huella hídrica basadas en la evaluación del ciclo de vida y es una oportunidad para ampliar el uso del concepto en las organizaciones públicas y privadas.

Más adelante escribiré un post sobre cómo calcular la huella hídrica, de manera sencilla.

Un saludo
Nuria

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Reduce los residuos de la oficina




¡Buenos días!

Estamos metidos de lleno en la Semana Europea de la Prevención de Residuos, que se celebra del 19 al 27 de noviembre. Este evento está íntimamente relacionado con la primera y segunda de las 3R: reducir y reutilizar.

Reduciendo la cantidad de cosas que usamos (incluyendo sus envases y embalajes) y reutilizándolas para no tirarlas, prevenimos la generación de residuos.

Para celebrar esta semana y colaborar a prevenir la generación de residuos, te voy a proponer una serie de acciones a hacer en la oficina, aunque muchas también se pueden aplicar a casa. Allá voy:

-       Usar el papel para escribir o imprimir por las dos caras.

-       Imprimir solamente lo que sea realmente necesario, ahorra residuos de cartuchos de tinta y futuros residuos de papel.

-       Siempre que se pueda, imprimir en calidad de borrador, para ahorrar tinta y generar menos residuos de cartuchos y toner.

-       Antes de imprimir, revisar el documento, para evitar que esté mal y tener que tirar ese papel.

-       No malgastar el material de oficina (bolígrafos, marcadores, lápices, borradores, etc).

-       Anteponer el uso de correo electrónico al fax.

-       Utilizar cartuchos y toner de tinta que sean recargables.

-       Utilizar material de oficina recargable (como los bolígrafos y subrayadores).

-       Elegir productos con el mínimo de embalaje posible.

-       Explicar al personal nuevo, el uso de la fotocopiadora, para evitar malgastar tinta y papel. Con las fotocopiadoras se puede malgastar bastante papel; recordad este post.

-       Reutilizar carpetas o archivadores, escribiendo el nombre de lo que contiene a lápiz o tapando el que está escrito con alguna etiqueta.

-       Dar los equipos electrónicos o mobiliario obsoleto (que no quiere decir que esté estropeado) a otros que vayan a darles uso.

-       Usar una botella, cantimplora o vaso reutilizable en lugar de vaso desechable.

-       Llevar el almuerzo o  la comida en un recipiente reutilizable (como fiambrera o tupper) en lugar de en embalajes desechables (papel de aluminio, film).

-       Si hay cafetera o se pretende comprar alguna, que no sea de cápsulas. Si no es de cápsulas, se deberían comprar los paquetes de café en tamaño grande.

-       Disponer de una sola copia de documentos internos para consulta a la que pueda acceder todo el personal. O enviar copias de los mismos por correo electrónico.

-       Suscribirse a versiones digitales de revistas, periódicos y otras publicaciones.

Estas son algunas ideas para poner nuestro granito de arena para reducir la cantidad de residuos, que llegan a ser un verdadero problema. Solamente previniendo su generación, podremos conseguir ahorrar recursos naturales y no lamentarnos en un futuro no muy lejano.

¿Añadirías alguna más? Me gustaría verte participar en las redes sociales durante esta semana con el hashtag #EWWR2016; nombra al blog para que pueda leerlo.

Un saludo

Nuria
Transmite medio ambiente

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Huella de carbono. Introducción




Buenos días.

Cada vez más se oye el término “huella de carbono”, sobre todo de ciertas organizaciones que quieren promocionar la reducción de su huella de carbono. Pero, ¿sabes lo que es exactamente?
 
Voy a intentar explicártelo de manera fácil. Hay gente que todavía no lo tiene claro y me preguntan en qué consiste. A ver si resuelvo dudas.

La huella de carbono es un indicador para cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera.

Por eso, la huella de carbono está relacionada con el cambio climático, que puede tener consecuencias graves a la larga, como la fusión de los casquetes polares, el aumento masivo de y desproporcionado de fenómenos naturales, como huracanes e inundaciones, o la pérdida de biodiversidad. De ahí que determinadas organizaciones promocionen que han reducido su huella de carbono.

Aunque los gases de efecto invernadero son varios, en realidad la unidad de medida para la huella de carbono son toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2). Esto es porque cada tipo de gas tiene una influencia térmica distinta sobre el calentamiento global, que se pueden expresar mediante una métrica común basada en la influencia térmica para el CO2. Las emisiones de CO2 equivalente son un valor de referencia y una métrica útil para comparar emisiones de gases de efecto invernadero diferentes.

La huella de carbono se puede calcular para un producto determinado o para los procesos de una organización (que puede ser una empresa, administración ONG, etc). La huella de carbono de un producto es la cantidad de CO2 equivalente emitido a la atmósfera en la producción de un producto determinado; por ejemplo la cantidad de gases emitidos para producir un ordenador, una tonelada de hormigón, una magdalena, etc. Sin embargo la huella de carbono de una organización es la cantidad de gases que emite una empresa, una ONG, una asociación, etc., en su funcionamiento.

Calcular la huella de carbono puede permitir, entre otras cosas:

-       Identificar las emisiones y los procesos que generan emisiones y reducirlas.

-       Reducir costes, al reducir el consumo energético, de materias primas, consumo de combustible o mejorar los procesos.

-       Puede ser una herramienta para la gestión ambiental o energética.

-       Dar prestigio a una organización, ya sea por el cálculo de la huella de carbono de la propia organización o de sus productos.

-       Conseguir mayor cantidad de clientes. Hay grandes empresas que solicitan el cálculo de la huella de carbono a sus proveedores.

-       Compromiso ambiental y social.

-       Transparencia respecto a las acciones relacionadas con la gestión ambiental.

-       Anticiparse a regulaciones nacionales e internacionales.

Todavía hoy la huella de carbono es una gran desconocida por la sociedad. En realidad es de utilidad para que empresas y otras organizaciones reduzcan emisiones a la atmósfera y puedan mejorar su imagen, reducir costes y colaborar a reducir el impacto de efecto invernadero, con lo que ganamos todos. Además permite a los consumidores poder elegir entre productos y organizaciones con menor huella de carbono, que también es muy interesante.

Existen varias normas y metodologías para el cálculo de la huella de carbono. Más adelante escribiré un post para explicar su cálculo de manera más detallada, dependiendo de si se trata de la huella de carbono de una organización o de un producto. ¿Te interesa?

Saludos

Nuria
Transmite medio ambiente

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Pon un becario en tu vida





¡¡Buenos días!!

Hoy le toca el turno a la sección de odisea en la oficina, que ya la tenía un poco en el olvido, y en concreto te hablo sobre los becarios, esas personillas (desde el cariño, que nadie se ofenda) que solo intentan caer bien y encajar en el puesto que se les ha asignado, aunque hay un poco de todo…

Si alguna vez has tenido algún becario en tu trabajo, o has sido uno de ellos, sabrás que no es fácil que haya un becario. Muchas veces (la mayoría), al menos en empresas pequeñas, no se sabe muy bien qué tareas asignarle, ya que asignar alguna tarea a alguien recién llegado y que va a estar poco tiempo supone invertir tiempo en enseñarle (un tiempo que casi nadie tiene), responder a sus dudas (que suelen ser muchas), revisar lo que ha hecho (porque más vale no fiarse de lo que ha hecho alguien inexperto), cambiar lo que esté mal (casi todo, desde el cariño), explicarle lo que ha hecho mal (y que lo entienda) y advertirle que la próxima vez se anote los pasos a seguir (para que no te moleste demasiado) y los siga (que no sea cabezón y que lo haga como tú le has dicho). Esto estresa mucho. Y además cuando ya lo aprende, se le acaban las prácticas y se va.

¿Solución? Que no la más acertada, suele ser mandarle algo sin importancia. Está claro que todo el mundo tiene derecho a aprender el oficio, todos hemos sido inexpertos y es necesario que algún alma caritativa te enseñe algunas de las cosas de tu puesto, porque por mucho que hayas estudiado, no lo sabes todo. Pero la realidad es que no todo el mundo está dispuesto a ser el maestro de alguien, o simplemente no tiene tiempo de ponerse a enseñar. De ahí lo de “trae los cafés”.

Pero hablando más en serio, todo el mundo tiene el derecho de aprender, de tener una oportunidad para entrar en el mercado laboral y no debemos olvidar que todos fuimos nuevos alguna vez, becarios o no.

Por otro lado está el becario que sí va a pasar el rato y a terminar cuanto antes las prácticas para tener el título, ese sí que es una carga. Seguro que conoces algún caso. Que por mucho que le expliques no se molesta en entenderte, o que incluso llega a decirte que esa no debería ser su labor. Se pensarán que después en el mundo laboral no tendrán que hacer nunca algo que no va con su trabajo…, ilusos.

Si alguna empresa no dispone de tiempo o personal para dar labores al becario, y de enseñarle, mejor que no lo acepte. Ser becario no significa pasar el rato. En realidad es una oportunidad de unos meses para iniciarse en el mundo laboral, porque, como ya he dicho, muchas cosas no se aprenden en las clases.

Si eres becario o has tenido alguno, anímate y cuenta tu experiencia.

Un saludo y hasta la próxima.

Nuria
Transmite medio ambiente

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Los residuos son residuos




¡Hola!

Empezamos nuevo mes, ya casi acabando el año. Espero que te gustaran las láminas de la semana pasada que pasaras una fiesta muy sostenible.

Hoy vengo a hablarte de los gestores de residuos otra vez, pero no de medidas que deben tomar, o documentación que necesitan, sino para contarte que los gestores de residuos tratan eso, residuos. El motivo de remarcarte esto es porque hace unos días estuve con un gestor de residuos plásticos, y lo que tiene en sus instalaciones son por tanto residuos de materiales plásticos. La imagen de las instalaciones son pilas de estos residuos sin tratar y otras pilas de estos residuos ya triturados y empacados. No es que sea una imagen idílica, donde todo está limpísimo y nos apetezca montar una merienda con mantel de cuadros rojos justo al lado de la zona donde trituran, porque precisamente es una empresa que valoriza residuos de plástico. Lo comento porque hay gente que se asusta al ver un vertedero, unas instalaciones de gestión de residuos de la construcción y demolición, de plásticos, …, y no se dan cuenta que los residuos son materiales que la gente ya no quiere,  y que alguien los recoge para tratarlos y darlo un nuevo valor. No suelen venir limpios, sino que tienen tierra, polvo, barro, incluso roña, por eso son residuos.

Está claro que las instalaciones deben seguir un mantenimiento y limpieza para que no se acumulen restos de los residuos que tratan, que las zonas de acopios deben estar ordenadas, identificadas con cartelitos, cumpliendo una separación determinada, etc, pero lo que hay acumulado no dejan de ser residuos. Y en muchos casos se trata de residuos voluminosos, lo que hace que el impacto visual sea mayor. Por eso, estas instalaciones deben estar valladas o cerradas con un muro, o poner una tela que no permita ver lo que hay en el interior, y además que los acopios no superen la altura del vallado. Porque en caso contrario, todo aquel que pase por al lado de las instalaciones se echará las manos a la cabeza pensando “madre mía, lo que tienen ahí metido” sin darse cuenta que a lo mejor ahí dentro están todos los residuos plásticos de los que se ha deshecho durante el año.
 
Y que quede claro que no justifico las instalaciones que superan su capacidad de almacenamiento autorizada, las que tienen acopios de residuos para los que no están autorizados, o las que no hacen labores de limpieza de la maquinaria y de las zonas de paso y de acopio, para nada. Pero lo que debemos tener claro, es que son instalaciones de tratamiento de residuos (materiales que la gente ya no quiere, por algo será) y no una sección de dormitorios de IKEA, con colores pastel y todo bonitísimo.

Y tú, ¿te has encontrado con alguna situación similar?

Un saludo

Nuria
Transmite medio ambiente